Alimentos prohibidos para nuestras mascotas

Muchos dueños comparten comida con sus mascotas, y es entendible que es difícil decirles que no, pero nuestros peludos no pueden comer todo lo que nosotros comemos. Para evitarles problemas deberemos ser conscientes de que hay ciertos alimentos que no pueden consumir ya que pueden resultar tóxicos para su organismo y causarles gran cantidad de problemas de salud.

En este artículo elaboramos una lista de alimentos que no deben comer bajo ningún concepto y explicaremos sus consecuencias.

CEBOLLA y AJO

Las cebollas, el ajo y todos sus derivados contienen tiosulfato, una sustancia que puede causar anemia si se produce una ingesta que perdure en el tiempo. Ambas verduras contienen compuestos de azufre que pueden destruir los glóbulos rojos de nuestra mascota. Estos compuestos están presentes ya sea que la comida esté cruda, cocida o en polvo.

Es cierto que la cebolla resulta un poco más nociva que el ajo, pero en cualquier caso, la toxicidad de la cebolla o el ajo para el perro dependerá de la cantidad de dosis ingerida y del tamaño de nuestra mascota. Para que sufra problemas graves, debe ingerir una gran cantidad, por ejemplo, media cebolla o una cebolla entera a la vez, o varios trozos de cebolla cada día. Sin embargo, si ingiere pequeñas dosis de vez en cuando, no le pasará nada malo. Los daños más graves serán originados por un consumo continuado conllevando problemas gastrointestinales e incluso ictericia.

Los síntomas de intoxicación por cebolla o ajo incluyen vómitos, diarrea, orina de color naranja/rojizo, letargo, dificultad para respirar y latidos cardíacos rápidos. Es importante saber que estos síntomas no aparecen rápidamente, sino que aparecerán 5 o 6 días después de la ingestión.

 

AGUACATE

Los aguacates se encuentran en la lista de verduras prohibidas para perros. El verdadero problema de este alimento se encuentra en la piel y las hojas, ya que contienen persina, una toxina fungicida derivada de los ácidos grasos. A pesar de que su nivel de toxicidad en perros es moderado, sigue siendo un alimento vetado para nuestros peludos.

Sí es cierto que puede resultar saludable siempre y cuando evites la piel, las hojas y el hueso. Por lo tanto, es un ingrediente que se puede utilizar para comidas de nuestra mascota. Los perros generalmente no son tan susceptibles al envenenamiento por persina como otros animales, pero es mejor prevenir que curar. Se recomienda evitarlo para no sufrir cualquier tipo de ingestión e incluso evitar que el perro juegue con el hueso ya que el perro puede tener una obstrucción en el esófago.

Los síntomas son vómitos, diarrea y, en los casos más graves, el desarrollo de pancreatitis.

 

UVAS

La uva es una de las frutas prohibidas para perros porque su consumo puede llegar a provocarles una insuficiencia renal e incluso la muerte. A día de hoy, se desconoce la causa y tampoco está claro por qué afecta a algunos perros y no a otros. Pero los estudios han demostrado que uno de sus componentes tiene la culpa, aunque todavía no podemos identificar cuál.

El efecto tóxico de las uvas no es característico de una fruta concreta, sino que se puede observar en todas, tengan semillas o no. Eso sí, es igualmente peligroso proporcionarle a tu perro pasas o comidas que contengan uvas y derivados.

Después de unas horas tras la ingesta, los principales síntomas son vómitos, letargo y convulsiones. La insuficiencia renal y la muerte serían la consecuencia más grave pudiendo darse entre las 24 y las 72 horas.

 

CHOCOLATE

La toxicidad que tiene el chocolate en nuestras mascotas radica en la teobromina que se encuentra en el cacao. Esta no es un producto artificial añadido al chocolate posteriormente para su consumo, sino que viene de forma natural en la propia planta. Los perros no son capaces de metabolizar este químico haciendo que éste tienda a acumularse en el cuerpo. Aunque el perro consumiera únicamente un poco de chocolate de vez en cuando, la sustancia se acumularía en el cuerpo a lo largo de los años y podría producir una insuficiencia renal.

Pequeñas cantidades de chocolate probablemente harán que tu perro tenga dolor estomacal, vómitos y diarreas. Mientras tanto, en grandes cantidades, puede causar alteración del ritmo cardíaco, convulsiones, temblores musculares, hemorragias o ataques cardíacos. El tamaño de nuestro perro también será un factor determinante a la hora de evaluar cuánto chocolate puede aceptar su cuerpo sin ningún riesgo real. De esta forma, un perro pequeño tiene menos tolerancia que uno grande y por tanto el riesgo de intoxicación por cacao es mayor.

El chocolate o todos los alimentos hechos con este alimento contienen cacao, por tanto, ninguno está exento de teobromina. El tipo de chocolate que la contiene en mayor medida es el chocolate negro. El peligro del chocolate para los perros aumentaba a medida que aumenta la pureza del cacao. Cuanto más oscuro es el chocolate, mayor es el contenido de teobromina. Cuánto mayor sea la cantidad de chocolate ingerida y mayor sea la pureza del mismo, el perro corre más riesgo.

Los síntomas aparecen en cuestión de horas e incluyen vómitos, agitación y temblores. En casos más graves puede ser seguido por convulsiones, dificultad para respirar y un ritmo cardíaco acelerado. Cuando el grado de intoxicación por chocolate es más alto, el ritmo cardíaco del perro aumenta rápidamente y esto puede causarle incluso la muerte. Por eso, es conveniente aprender a tomarle el pulso a un perro, si es necesario se puede acudir al veterinario.

 

CAFÉ Y TÉ

El café, el té y los productos que contengan cafeína pueden tener consecuencias nefastas en el sistema nervioso de nuestros perros. La cafeína genera una subida del ritmo cardiaco, vómitos y alteración en cuestión de horas. Además, puede llegar a causar los mismos síntomas que el envenenamiento por chocolate o problemas renales y nerviosos.

 

ALCOHOL

Los perros tienen una tolerancia al alcohol mucho más baja que los humanos. Consumiendo una cantidad pequeña al principio los síntomas son similares a los que manifestamos las personas. Más tarde o tras ingerir grandes cantidades, les genera vómitos, trastornos de la coordinación, disnea, incluso en los peores casos un coma o la muerte. Además, el consumo en pequeñas cantidades a largo plazo provoca un daño hepático bastante grave. Por lo que debemos evitar que nuestro perro consuma cualquier alimento que contenga alcohol. Si piensas que tu perro ha podido intoxicarse por alcohol, vigila si se producen síntomas como incapacidad para caminar correctamente, presión arterial baja, letargo, hinchazón, vómitos, diarrea e incluso convulsiones.

 

HUESOS COCINADOS

Los huesos ya cocinados se rompen con mucha facilidad, por lo que pueden provocar daños en las encías o la lengua de nuestras mascotas. Incluso pueden llegar a conllevar lesiones graves en el esófago, el estómago u otra parte del tracto digestivo, que pueden ser fatales.  Además, una vez que los huesos se cocinan, pierden todos los nutrientes que pueden aportar a nuestros peludos. Sin embargo, si estos están crudos si pueden ser consumidos aportando además a nuestras mascotas muchos beneficios para su salud como un refuerzo del sistema inmunológico y del sistema óseo, reducción de alergias, mantenimiento de una correcta higiene bucal y disminución de estrés. Una opción aconsejable pueden ser los huesos crudos recreativos ya que aportan muchos beneficios para su salud.